El método profiláctico del que habla el país empezó a distribuirse entre grupos específicos de San Juan. Los resultados impactarían a nivel nacional.
Entre la polémica y la expectativa, Argentina incorporó al sistema público la distribución de preservativos vaginales, un método de profilaxis que comparte los beneficios del preservativo tradicional, pero que pueden usar las personas con vagina. En San Juan esta novedad llegó hace tres meses, con una alta aceptación.
Ariel González Bautista, quien está a cargo del Consultorio de la Diversidad y la Salud Sexual, contó que la provincia se convirtió en una de las pioneras en empezar la distribución. Llegó una primera tanda de 1.000 unidades y desde abril están trabajando con organizaciones para distribuirla a grupos específicos.
“San Juan adhirió a la distribución nacional y estamos trabajando muy bien en esta etapa que es una prueba piloto, donde se decidirá cómo sigue, por lo que los resultados que tengamos acá pueden impactar a nivel nacional”, explicó el profesional.
Es que la campaña incluye un monitoreo de cómo reciben las personas este dispositivo, que es un método barrera seguro para VIH, enfermedades de transmisión sexual y previene embarazos. Por eso empezaron entregándolo a integrantes de dos sociedades civiles: Ammar (Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas) que agrupa a trabajadoras sexuales, y Los Espartanos, una asociación de hombres trans. También trabajan con la Dirección de la Mujer, diversidades y género.
“Si bien en el consultorio trabajamos con las asociaciones, ellos funcionan como bocas de expendio. Se entrega con una entrevista en la que se le explica a la persona cómo se utiliza y también se le hacen consultas para continuar el monitoreo”, explicó González Bautista. De esta manera, se aseguran que la primera distribución sea a grupos vulnerables y también con la información necesaria para utilizar correctamente el preservativo.
Hasta el momento han hecho dos encuentros con las asociaciones y tienen planificado un tercero para la próxima semana. En el consultorio no están distribuyendo, pero si alguien consulta se lo deriva a Ammar o a Los Espartanos, ya que los integrantes están capacitados.
González contó que hasta el momento tienen “una muy buena recepción, porque es una herramienta más que las personas usuarias pueden disponer e incorporar a la prevención combinada”.
Sobre el preservativo vaginal
Desde que empezó a fabricarse y distribuirse, este método barrera fue celebrado por darle la oportunidad a las personas con vagina de estar a cargo de la profilaxis. Es que uno de los problemas a la hora de utilizar preservativos tradicionales es que los hombres se niegan a colocárselo.
En cambio, este sistema, que todavía no se distribuye en farmacias privadas, puede ser colocado por la mujer u hombre trans antes de iniciar el encuentro sexual, no es de látex y por lo tanto tiene menos riesgo de rotura por lubricantes no aptos y cuenta con todas las ventajas de un preservativo tradicional.
Tras una prueba piloto que hizo Naciones Unidas distribuyendo 2.000 unidades en el Área Metropolitana de Buenos Aires, las usuarias contestaron encuestas sobre su experiencia y la mayoría fueron positivas. Los resultados fueron los siguientes:
- 98% consideró que debe ser incorporado en la política pública
- 97% manifestó que su pareja sexual aceptó su uso
- 96% lo recomendaría
- 80% lo volvería a usar.
- 67% calificó la experiencia como buena o muy buena
La mayoría de las entrevistadas destacó que el cuidado durante el encuentro sexual puede ser autoadministrado y que no dependerá de otra persona.