Se trata de un andén de estructura metálica, cubierta de chapa, y sector de cubierta en madera y chapa, destinado para el descenso y ascenso de fieles que llegan al paraje.
El Paraje de la Difunta Correa, un lugar de profunda devoción y promesas, se prepara para culminar este año con un proyecto que transformará la experiencia de sus visitantes. Después de trabajos previos, como la renovación de la Loma del Milagro y la construcción de un parador para camioneros, ahora se encuentra cerca de inaugurar su propia terminal de transporte.
La terminal, una estructura metálica con una cubierta de chapa, así como un sector de cubierta en madera y chapa, se erige como un punto crucial para aquellos fieles y turistas que llegan al paraje. Con una superficie semicubierta de 181 metros cuadrados (362 metros cuadrados en total), la terminal promete facilitar las llegadas y salidas de colectivos y vehículos de distinto porte.
Según Analía Lépez, presidenta de la Fundación, la obra está en su fase final y se espera su inauguración para finales de septiembre o principios de octubre de este año. “La terminal contará con una plataforma de ascenso y descenso donde pueden entrar tres colectivos a la vez. La gente podrá bajar en esa parada y tendrá acceso a tres bloques de negocios, de los cuales ya tenemos dos alquilados. También habrá un espacio que podría ser utilizado por la Secretaría de Tránsito y Transporte o como Oficina de Informes”, explicó Lépez.
Este proyecto busca no solo facilitar el tránsito de los visitantes sino también guiarlos hacia lugares clave, como la Loma del Milagro. Actualmente, el paraje recibe más de 10 colectivos diarios, y en momentos específicos, hasta 50 colectivos o colectivos cada 30 minutos. Esta alta frecuencia de llegadas llevó a la necesidad de crear un espacio específico de descenso y estacionamiento.
La terminal no solo estará destinada a colectivos de larga distancia, sino también a vehículos locales, combis y minibuses. Su altura de andén de 20 centímetros respecto al nivel de la calzada permitirá acomodarse a diferentes tipos de movilidades. Además, se contempla un área para coches de alquiler, como taxis y remises.
“Queremos lograr a través de estas infraestructuras el ordenamiento del paraje. Es muy difícil circular en la calle principal, y no podemos cortarla. Por eso, podemos hacer ciertas derivaciones a otros espacios para evitar la aglomeración de gente”, concluyó Lépez.