En medio de la transición de poder, Javier Milei deja en segundo plano su promesa de dolarización para enfocarse en un equipo económico más moderado. Las señales de un cambio de rumbo se intensifican, con analistas destacando obstáculos económicos y decisiones clave que alejan la posibilidad de una dolarización en el corto plazo. Descubre los factores que influyen en esta nueva dirección y las implicaciones para la economía argentina.
A tan solo seis días hábiles del traspaso de mando, Javier Milei, presidente electo de Argentina, ha confirmado a Luis Caputo como titular del Palacio de Hacienda, pero la gran bandera de su campaña, la dolarización de la economía argentina, parece cada vez más lejana.
En medio de la transición, la atención se centra en la incertidumbre sobre quién será el presidente del Banco Central, y la propuesta de reemplazar el peso por el dólar ha perdido relevancia en las últimas semanas. A pesar de ser parte del discurso de Milei, la implementación de la dolarización parece haber sido postergada para un futuro distante.
La estructura de la propuesta se debilitó cuando Emilio Ocampo, artífice de la idea, rechazó hacerse cargo del Banco Central, enviando señales al mercado de “cero chances de dolarización” al menos a corto y mediano plazo.
Factores como la escasez de divisas, la falta de reservas del Banco Central, el exceso de oferta de pesos y un riesgo país elevado complican la viabilidad de la dolarización en el corto plazo, según un informe de la consultora Ecolatina. La necesidad de un tipo de cambio de mercado mucho más alto y la falta de respaldo en los contratos de dólar futuro refuerzan la percepción de que la dolarización no es una opción inminente.
A pesar de un rally en bonos y acciones, la tendencia hacia la cobertura cambiaria vía instrumentos duales y atados al tipo de cambio oficial muestra confianza en que los compromisos se cumplirán sin necesidad de dolarización.
Econviews y EPyCA respaldan la idea de que la dolarización no ocurrirá, proyectando un posible shock cambiario que podría llevar el dólar cerca de 800 pesos. La unificación cambiaria se presenta como una alternativa más probable, aunque con algunas restricciones.
En este escenario, el mercado observa a un Milei más moderado y una transición ordenada, con la posibilidad de incógnitas que podrían alterar los mercados. Sin embargo, el consenso general es que, al menos por ahora, la dolarización no será una realidad.