Las cardiopatías congénitas pueden solucionarse en un 95% de los casos con diagnóstico y tratamiento oportunos.
La detección de cardiopatías congénitas durante el embarazo facilita el cuidado, control y tratamiento precoz, mejorando así la salud y calidad de vida de los hijos. Las cardiopatías congénitas, siendo la malformación más común al nacer, pueden solucionarse en un 95% de los casos con diagnóstico y tratamiento oportunos.
Estas anomalías del desarrollo afectan las estructuras del corazón, abarcando una variedad de problemas que inciden en dicho órgano, siendo la anomalía congénita más común. Aunque presentes al nacer, estas anomalías pueden descubrirse en etapas posteriores de la vida.
El diagnóstico temprano, ya sea durante la atención prenatal o al momento del nacimiento, es fundamental para referir a los pacientes a centros especializados que puedan brindar un tratamiento oportuno y prevenir consecuencias adversas, que pueden variar desde diferentes grados de discapacidad hasta la muerte.
Entre los controles recomendados se encuentran: exámenes periódicos de las embarazadas, estudio morfológico a las 22 semanas y ecocardiograma fetal a las 28 semanas de embarazo, así como evaluación por un cardiólogo pediatra dentro del primer año de vida, según criterio pediátrico.