16 septiembre, 2024
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El Gobierno Argentino anuncia un aumento en los precios de la nafta y el gasoil, mientras posterga la aplicación de impuestos.

El mes de noviembre comenzó con novedades en el sector de combustibles en Argentina. Los surtidores de todo el país experimentaron un aumento de hasta un 10% en los precios de la nafta y el gasoil. Este aumento se produce tras un conflicto entre las petroleras y el Gobierno argentino relacionado con el abastecimiento de combustibles líquidos en las estaciones de servicio.

El conflicto se originó a mediados de agosto cuando la Secretaría de Energía y de Comercio Interior acordó con las principales compañías petroleras un aumento promedio del 12,5% en los precios de los combustibles. Además, se comprometieron a no modificar los precios durante un período determinado como parte de las medidas de compensación por la devaluación del 22%. Estos acuerdos incluyeron la reducción del precio interno del barril de petróleo, el congelamiento del tipo de cambio, la reducción de impuestos a las exportaciones y el acceso a divisas. Sin embargo, recientemente, las petroleras comenzaron a especular con un aumento de al menos un 20% después de que finalizara el congelamiento.

Ante esta situación, el Gobierno argentino anunció en el Boletín Oficial la postergación en la aplicación de impuestos a los combustibles. Según el decreto 567/2023, el aumento de las cargas fiscales, que se aplicaría en los terceros y cuartos trimestres del año 2021, los primeros, segundos, terceros y cuartos trimestres del año 2022, y los primeros, segundos y terceros trimestres del año 2023, entrará en vigor para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de febrero de 2024.

El Gobierno justifica esta medida con la intención de “asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”. Se argumenta que, dado que se trata de impuestos al consumo y que la demanda de combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se reflejan directamente en los precios finales de los combustibles, lo que podría afectar a los consumidores.

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