La justicia dicta condena en un caso de violencia doméstica con consecuencias impactantes.
En una noche escalofriante en una vivienda de Jáchal, Rodrigo Nahuel Pereyra protagonizó un violento episodio al golpear brutalmente a su novia, de 20 años, frente a su propio hijo. A pesar de los desesperados llamados de la víctima a la Policía, la falta de unidades disponibles permitió que el agresor escapara temporalmente de las consecuencias.
La joven, angustiada y con evidentes golpes, se vio obligada a recurrir a la Brigada de la UFI del Norte para obtener ayuda. Al llegar, encontraron destrozos significativos en la vivienda, que incluían armarios destrozados, objetos dispersos y prendas de ropa esparcidas por toda la casa.
Rodrigo Nahuel Pereyra fue detenido y trasladado a la Comisaría 21º, donde enfrentó la justicia en un juicio abreviado. Aunque fue condenado, la pena de 1 año de prisión condicional sorprendentemente no se aplicará, en su lugar, se le impuso la exclusión del hogar, prohibición de contacto y acercamiento a la víctima, con una distancia mínima de 200 metros.
Además, las autoridades ordenaron asistencia terapéutica para la víctima, reconociendo la importancia de abordar las secuelas emocionales de este traumático incidente. El caso destaca la cruda realidad de la violencia doméstica y la necesidad de una respuesta eficaz por parte de las autoridades para proteger a las víctimas y garantizar la justicia.
