7 septiembre, 2024
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En una tarde de intensa agitación en el centro porteño, la Plaza de Mayo se convirtió en el epicentro de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales durante una movilización en rechazo al ajuste económico. Diagonal Norte y avenida Belgrano fueron testigos de corridas y el uso de gas pimienta, mientras el presidente Javier Milei supervisaba el operativo desde el Departamento Central de Policía. La tensión se desbordó, marcando la primera prueba para el controvertido “protocolo para el mantenimiento del orden público” anunciado por la ministra Patricia Bullrich.

En una tarde marcada por la tensión y la confrontación, el microcentro porteño se convirtió en escenario de corridas y enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas policiales durante una movilización convocada por sectores de izquierda y organizaciones sociales. Los incidentes se desataron en Diagonal Norte, mientras los manifestantes avanzaban hacia la Plaza de Mayo, expresando su rechazo al ajuste económico implementado por el gobierno de Javier Milei.

En la avenida Belgrano, a la altura de Piedras, la Policía de la Ciudad respondió arrojando gas pimienta a los manifestantes, exacerbando aún más la tensión en la zona. La marcha, encabezada por el Polo Obrero (PO) y otras organizaciones sociales agrupadas en el bloque de Unidad Piquetera (UP), buscaba manifestar su descontento con las medidas económicas adoptadas por el mandatario.

Cabe destacar que el presidente Javier Milei supervisó personalmente el operativo de seguridad desde el Departamento Central de Policía, ubicado en el barrio porteño de Monserrat. Acompañado por las ministras de Seguridad, Patricia Bullrich, y de Capital Humano, Sandra Pettovello, así como la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, el mandatario estaba atento al desarrollo de la protesta y al cumplimiento del “protocolo para el mantenimiento del orden público” anunciado por Bullrich la semana anterior.

Este protocolo, que prohíbe la ocupación de la vía pública durante las movilizaciones, fue respaldado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires mediante un comunicado que establece directivas para garantizar la convivencia entre quienes desean circular libremente y aquellos que se manifiestan dentro de la ley. Entre las medidas destacan la prohibición de interrumpir el tránsito vehicular, el uso de rostros cubiertos de manera intimidatoria, la portación de palos o elementos contundentes, y la presencia de niños en las marchas.

La jornada, considerada como la primera prueba para el nuevo protocolo, se desarrolló en medio de fuertes tensiones entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, evidenciando la polarización y el malestar social frente a las políticas económicas del gobierno de Milei.

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