Descubre la profunda conexión entre Domingo Faustino Sarmiento y la masonería, una sociedad filantrópica que marcó su vida y legado.
Domingo Faustino Sarmiento, una figura central en la historia argentina, fue más que un destacado político y escritor; también fue un masón comprometido que dejó una huella indeleble en la masonería argentina del siglo XIX.
Sarmiento ingresó a la masonería en 1854, cuando se unió a la Logia Unión Fraternal en Valparaíso, Chile. Este fue el comienzo de su profundo compromiso con la masonería y su búsqueda de perfección moral e intelectual. Dos años después, fundó la Logia Unión del Plata Nº 1 en Buenos Aires, consolidando su papel como líder masón.
Durante su vida masónica, Sarmiento alcanzó el prestigioso grado 33, lo que reflejó su dedicación y compromiso con los principios de la masonería: libertad, igualdad y fraternidad. En 1868, antes de asumir la presidencia de Argentina, pronunció un discurso en un banquete masónico, donde expresó su profundo respeto por la Orden y anunció su separación provisoria de sus prácticas masónicas mientras ocupara la presidencia. Después de completar su mandato presidencial, Sarmiento regresó a la masonería y, entre 1882 y 1883, se convirtió en Gran Maestre del nuevo Directorio de la Orden.
Sarmiento no fue el único prócer argentino influenciado por la masonería. Entre los ilustres masones de la historia argentina se incluyen a los miembros de la Primera Junta, excepto Miguel De Azcuénaga, así como José de San Martín, Bartolomé Mitre, Hipólito Yrigoyen, Justo José de Urquiza, Victorino de la Plaza, Roque Sáenz Peña, Raúl Alfonsín, Juan Domingo Perón, y muchos otros.
La masonería, como destaca Javier Zamorano, Gran Consejero de la Zona 8 de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, es una sociedad que reúne a personas que piensan de manera diversa, pero que trabajan juntas en lo que comparten.
“La Masonería es una sociedad civil, dedicada al perfeccionamiento moral e intelectual de las personas. Nuestra Institución se apoya en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, y nuestro lema es Ciencia, Justicia, Trabajo.” Dijo.
“Estamos presentes en todas partes y en todos los ámbitos: la cultura, la ciencia, los desafíos contemporáneos y el bienestar de nuestra sociedad. Intentamos aportar nuestra mirada para contribuir al desarrollo de una sociedad más equitativa, más justa y más inclusiva.Trabajamos por la utopía de la fraternidad universal. Esa utopía es nuestro horizonte y confiamos en que algún día sea nuestra realidad”. Agregó Zamorano.
La vida y el legado de Sarmiento como masón y prócer argentino continúan inspirando a las generaciones actuales, recordándonos la importancia de trabajar juntos por una sociedad más justa y equitativa.