23 noviembre, 2024
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Padres y alumnos afectados por la inesperada renuncia de ocho maestras en la Escuela Bernardino Rivadavia debido a la controversia sobre horas extras.

La escuela primaria Bernardino Rivadavia, ubicada en la capital, se encuentra en medio de una crisis luego de que ocho docentes renunciaran a sus puestos debido a la controversia en torno a la incorporación de horas extras para el personal educativo. Esta medida ha tomado por sorpresa a la comunidad escolar, generando preocupación entre los padres y madres de los estudiantes.

La polémica se desató el pasado lunes, cuando, durante el ingreso matutino a la escuela, los padres se enteraron de que ocho docentes habían dejado sus cargos y pasaron a disponibilidad. El detonante de esta situación fue la decisión de implementar horas extras para el personal docente, lo que ha dejado a los alumnos sin sus profesores habituales en pleno período de clases.

Una madre, que participó en las protestas y reuniones con la dirección de la escuela, denunció que no se les notificó con antelación sobre esta medida. Según su testimonio, la jornada escolar transcurre con normalidad, pero solo las docentes están cumpliendo horarios extendidos a partir de las 7:15. Como resultado, algunos estudiantes no cuentan con sus docentes de grado habituales, ya que algunas no aceptaron trabajar en horario extendido. Estos alumnos están siendo atendidos por otros profesores en espera de suplencias o equipos móviles para continuar su educación.

El conflicto se agrava debido a que ocho maestras optaron por no continuar trabajando en estas condiciones, pasando a disponibilidad. Esto significa que seguirán percibiendo su salario, así como incentivos y conectividad, hasta que encuentren un nuevo cargo, preferiblemente similar o mejor al que tenían en la escuela Bernardino Rivadavia.

Los padres han solicitado que la implementación de las horas extras se postergue hasta el próximo año escolar. Hasta ahora, se les ha ofrecido equipos móviles como alternativa, pero existe preocupación de que estos puedan ser reasignados a otras escuelas en caso de necesidad. La supervisora se ha comprometido a proporcionar suplentes hasta el final del año, pero esto no resuelve la falta de estabilidad y la interrupción de la continuidad pedagógica.

Uno de los aspectos más preocupantes para los padres es que los estudiantes afectados son niños de nivel primario que han desarrollado fuertes lazos emocionales con sus docentes, a quienes no pudieron despedirse adecuadamente. Además, la falta de suplencias estables ha interrumpido la enseñanza de los contenidos de manera adecuada.

En conclusión, los padres reclaman que, si bien es necesario respetar los decretos, los cambios de esta naturaleza no deberían implementarse al final del año escolar, ya que afectan negativamente a los estudiantes y su continuidad educativa. La comunidad de padres está a la espera de una solución por parte de la escuela.

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