21 noviembre, 2024

Weigandt, Barco y Vázquez, en dos oportunidades, marcaron para el Xeneize.

Objetivo cumplido. En La Bombonera, Boca Juniors mejoró la imagen, derrotó 4-0 a Monagas de Venezuela con todos goles de jugadores de la cantera del club y logró la meta de terminar como líder del Grupo F, después de haberse asegurado su pase a los octavos de final de la CONMEBOL Libertadores en la fecha pasada, la penúltima.

Fue una recuperación en casa y ante sus hinchas para el equipo que dirige Jorge Almirón, en la sexta fecha de la Copa, la obsesión del Xeneize. Es que venía de sufrir justo una semana antes, el jueves pasado, un golpe durísimo en Mendoza: fue goleado 4-0 por Godoy Cruz en una de sus peores derrotas en este siglo. Esa actuación puso en jaque las pequeñas certezas que el DT iba acumulando, con el agravante de que tiene varias bajas por problemas físicos.

Así, Boca volvió a medir fuerzas con el equipo venezolano, con el que empató sin goles de visitante en el debut copero, de la mano de Mariano Herrón (interino tras la salida de Hugo Ibarra). Después Boca enderezó su camino con la victoria en casa ante Deportivo Pereira de Colombia y el importantísimo triunfo en Chile contra Colo Colo. En tanto, selló su clasificación a la siguiente ronda en La Bombonera, tras otra alegría frente al Cacique.

Sin poder regresar Darío Benedetto ni Marcos Rojo por lesiones, más otros jugadores de peso, el DT presentó un esquema 4-3-2-1. Cuidó al central Nicolás Figal, quien de recibir otra amarilla se iba a perder el primer partido de los octavos de final por estar amonestado, y lo puso a Nicolás Valentini en la última línea. En tanto, ubicó de extremos a Guillermo ‘Pol’ Fernández y Valentín Barco, a la vez que volvieron Frank Fabra y Miguel Merentiel.

La primera clara que tuvo Boca fue a los 11 minutos, cuando el encendido Cristian Medina, tras una pared con Merentiel, entró al área grande por la derecha y definió afuera, cruzado. Acto seguido, llegó la visita y despejó el local, en una jugada con muchos jugadores y rebotes varios en el área, mientras que allí salió el Xeneize a gran velocidad y el árbitro otorgó penal cuando el arquero de Monagas bajó a Barco, pero lo anuló tras la intervención del VAR por posición adelantada de Fernández, quien le bajó la pelota al pibe en el ataque.

Siguió Boca teniendo la posesión del balón y las mejores llegadas, hasta que a los 25 casi marca Marcelo Weigandt, con un cabezazo tras un córner, pero la pelota dio en el travesaño. Lo gritaron algunos hinchas y fue otra alarma clara para el equipo visitante. Así y todo, hubo otras aproximaciones de Monagas, y se le complicó al anfitrión a los 36 por la expulsión del central paraguayo Bruno Valdez, quien estaba amonestado por una falta, cometió otra y le protestó demasiado al juez. Así vio la roja, igual que contra el mismo rival en suelo venezolano.

Acto seguido, a los 39, llegó la apertura del marcador por parte de Weigandt, quien metió un derechazo entrando por su banda, tras interceptar un remate desviado de Martín Payero, quien jugó su último encuentro en el Xeneize. Y los hinchas, que estaban molestos porque el equipo se había quedado con un hombre menos, se descargaron, festejaron y empezaron a gritos a los cuatro vientos por el gol que le aseguró, aún más, el primer lugar en la zona.

“No debemos subestimar a nadie”, había dicho Almirón antes del encuentro. Y vaya si tenía razón, por una cuesitón de respeto a todo rival y porque, en la cancha, no le sobraba nada ante uno de los más débiles del grupo. Pero hubo más calma de la gente cuando, a los cinco minutos de la segunda mitad, una falta del atacante panameño Abdiel Arroyo a Fernández dejó también con 10 a Monagas y así ambos conjuntos quedaron otra vez a mano.

Boca inclinó más la cancha estando 10 contra 10 y a los 16 minutos del complemento llegó una gran combinación por la izquierda entre dos zurdos de mucha calidad para el segundo gol y el desahogo total. Fabra encaró, llegó casi al fondo y le dio un gran pase a Barco, ya metido en el área grande, quien definió de derecha, abajo, al segundo palo del arco adversario. La alegría del pibe fue tremenda, fue a festejar con los hinchas, colgado del alambrado, y se le cayeron algunas lágrimas.

Siguió buscando, dispuso de más ocasiones, incluida otra de Barco, hasta que llegó otra ovación. La que los simpatizantes xeneizes le brindaron a Barco fue sensacional, muy sentida, por su primer tanto en Primera División, tras ocho partidos. Y la segunda fue para Medina, otro joven de la cantera del club, clave para la generación de juego en el mediocampo, al ser reemplazado faltando 20 minutos. Pero hubo una más: otra para Barco, cuando salió faltando seis para el cierre.

Mientras Boca atacaba y atacaba, había sensación de posible goleada. Y se concretó, con dos anotaciones más, ambas de Luis Vázquez, quien había ingresado un ratito antes por Merentiel. El delantero volvió al gol, como tanto buscaba, con dos definiciones de primera categoría y así el conjunto de Almirón metió cuatro goles, con los tres autores siendo jugadores salidos de la cantera del Xeneize. Sin dudas, un plus en una noche con desenlace de lujo, muy especial.

Aunque ya tenía su lugar asegurado en la próxima etapa, el equipo de Almirón no había convencido desde la propuesta y su mal andar en el Torneo de la Liga no ayudaba. Ahora levantó cabeza ante su público y cerró, como pretendía, siendo el ganador del Grupo F, a la espera del sorteo del próximo miércoles, para ver qué rival le toca en octavos de final. Uno de los segundos de grupo es precisamente River Plate, su archirrival y puntero cómodo del certamen local. Habrá que ver qué le depara el bolillero

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